Las Grutas en Aragón

Auténticos museos naturales se esconden en un mundo subterráneo todavía poco explorado. Algunas de estas grutas albergan en su interior espectaculares formaciones de estalactitas y estalagmitas, moldeadas por la lenta pero incansable acción del agua durante millones de años. Además de su sorprendente belleza, muchas han conservado entre la oscuridad de sus paredes las huellas de moradores milenarios, ya que hombres y animales se resguardaron en ellas durante la antigüedad.

Las Grutas de Cristal de Molinos, declaradas Monumento Natural en 2006, son unas de las más espectaculares de Aragón. Sus formaciones de estalactitas, estalagmitas, columnas, cortinas y cascadas, de los más variados colores y cristalizaciones, las han hecho indiscutibles merecedoras de su nombre. Fueron descubiertas el 1 de abril 1961 -próximamente se celebrará el 50 aniversario- y en su interior se descubrió el enterramiento del homínido más antiguo de Aragón. El conocido como Hombre de Molinos tiene 25.000 años de antigüedad y sus restos se encuentran expuestos en el museo de la localidad. Pueden visitarse durante todo el año y anualmente son escenario del Festival “Música y Palabra”, un ciclo de conciertos de música clásica y recitales de poesía que el próximo otoño celebrará su décima edición. Más información en https://www.molinos.es.

Las Cuevas de las Güixas de Villanúa están en la base del macizo del Collarada. Desde la última era glaciar, hace veinticinco o treinta mil años, el agua ha creado, gota a gota, uno de los paisajes espeleológicos más bellos del Pirineo aragonés. Un agujero o “chimenea” permite ver el cielo, las estrellas y la luna desde el interior. Hombres y mujeres se refugiaron aquí desde el Neolítico. Sin embargo, estas cuevas han sido también calabozo, refugio de soldados y, según narran las leyendas del lugar, escenario de aquelarres y ritos demoníacos… Se hacen visitas guiadas durante todo el año. Más información en https://www.sargantana.info/cuevaguixas/.

Cuando a principios del siglo XX se descubrió la gruta de Ibdes, fue bautizada como Gruta de las Maravillas, porque maravillosa les debió parecer a las primeras personas que la vieron. Consta de dos galerías, de 15 y 46 metros de longitud, y se formó a partir de los sedimentos depositados por el Río Mesa. Durante el verano tiene un horario fijo de apertura y el resto del año puede concertarse la visita llamando al Ayuntamiento de Ibdes (Tfno: 976 84 80 05).

La visita de la Cueva del Mármol de Ricla puede ser una interesante aventura para toda la familia. A pesar de no estar señalizada, el acceso a ella es sencillo y no resulta peligroso si se toman las mínimas precauciones. Debe su nombre al aspecto marmóreo de la roca, aunque uno de los rasgos más curiosos de la gruta es la colonia de murciélagos que la habita. No muy lejos se halla la Cueva del Muerto; ésta sí que es sólo para expertos con equipamiento espeleológico.

A 1600 metros de altitud, en las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, se encuentra el yacimiento del oso de las cavernas más alto de Europa occidental, la Cueva de los Osos de Tella. La panorámica desde la boca de la cueva es espectacular: se puede observar la cara Norte del Castillo Mayor y se domina la profunda garganta de Escuaín. La visita guiada, de unos 80 minutos de duración, la realiza una empresa especializada que proporciona al visitante todo el material necesario durante el recorrido. Más información en https://www.cuevadeloso.com.

Fuente: turismodearagon.com

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